Frase

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miércoles, 14 de mayo de 2014

Franz Kafka

FUENTE DE CONSULTA
Página EL RINCÓN DE SOFISTA
Post íntegro

"¿Qué ocurriría si una mañana cualquiera tú cuerpo no fuese el mismo
 y te hubieras convertido en un insecto?


 Esto es lo que le ocurrió a Gregor Samsa.

Tras un largo día de trabajo, Gregor llega a casa, se va a la cama y a la mañana siguiente, cuando va a levantarse, se da cuenta de que él ya no es él, o al menos externamente.
Desde ese momento todo lo que se deriva de su transformación pertenece al campo del absurdo: su preocupación por levantarse de la cama y que nadie se dé cuenta del cambio, el no querer faltar al trabajo, la reacción de la familia, y todo lo que sucede hasta el desenlace final no es más que absurdo sobre absurdo.

Pero, ¿cuál es el mensaje de Kafka?

Mucho se ha debatido sobre ello:

- El existencialismo kafkiano que expresa el desaliento del hombre ante el absurdo del mundo: Samsa no logra entender que ha podido pasarle durante la noche, y no sabe qué hacer, intenta actuar como cada día pero su nuevo cuerpo se lo impide, su mente parece funcionar igual, nada ha cambiado… ¿O sí?

- La falta de libertad en un sistema socioeconómico que nos obliga a trabajar para vivir sin, finalmente, dejarnos tiempo para vivir: en la obra se ve reflejado que el horario laboral de Samsa no es el mejor para poder socializar y hacer otra cosa que o sea trabajar. Se va en el tren muy temprano por la mañana y regresa siempre tarde. En diversos momentos de la narración se deja ver como Gregor desea reunir el dinero necesario para pagar una deuda contraída por la familia y poder dejar el trabajo como comerciante de telas.

- El extrañamiento de los que nos rodean cuando cambiamos en algo: Gregor, aunque sabe que se ha transformado exteriormente se sabe igual por dentro, es él, es Gregor; pero su familia no logra reconocerle en ese bicho en el que ha mutado. Sólo su hermana parece ver algo familiar en él.
¿Por qué nadie sabe verle debajo de ese cuerpo nuevo si él no ha dejado de ser él?

- La muerte social de los que son diferentes: nuestro protagonista ya no pertenece al mismo grupo que el resto de los personajes de la narración. Está ahí y le dejan estar ahí, hasta cierto punto, por ser quién fue; pero a nadie le gusta ver cómo es ahora. ¿Por qué tememos a las personas que son diferentes?

La lectura de esta obra de Kafka invita a la reflexión profunda, a las preguntas incómodas, al análisis de la constante metáfora, a introducirnos en el absurdo… Entren, lean, y saquen sus propias conclusiones.


GRACIAS a la Página EL RINCÓN DE SOFISTA "


COMENTARIO ADICIONAL: También recomiendo leer el capítulo UNA VENTANA AL MUNDO La Praga de Franz Kafka pp 15-44, del Libro LUGARES CON GENIO de Fernando Savater Edit DEBATE... donde describe algunos pasajes de la vida de Kafka así como un poco de su personalidad. El marco de Savater es la magnífica descripción de la Ciudad de Praga así como los lugares donde nació y se estableció nuestro admirado Franz Kafka

...Kafka decía en uno de sus aforismos: "Creer quiere decir liberar lo indestructible que hay en sí mismo, o más exactamente LIBERARSE, o más exactamente INDESTRUCTIBLE, o más exactamente, SER" REFERENCIA: Lugares con genio de Fernando Savater p44

FUENTE DE CONSULTA: www.megustaleer.com.ar
LUGARES CON GENIO: SINOPSIS

"Dos placeres: literatura y viajes. Cómo las ciudades influenciaron la vida y la obra de autores como Virginia Woolf, Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Franz Kafka, entre otros.
Este maravilloso libro conjuga las dos grandes pasiones de Fernando Savater: la literatura y los viajes. Recorriendo las principales ciudades del mundo, Savater nos lleva de la mano por los lugares que
frecuentaron los grandes escritores. Mezcla de diario de viaje y biografía, en este libro nos encontramos con el profundo lazo que une a un autor con su ciudad de origen: Londres y Virginia Woolf, México y Octavio Paz, Santiago de Chile y Pablo Neruda, Buenos Aires y Jorge Luis Borges, Praga y Franz Kafka, Lisboa y Fernando Pessoa, Florencia y Dante Alighieri, Edimburgo y Stevenson, Gran Bretaña y Chateaubriand,
entre otros. 

Con su sello personal -siempre recreativo y ameno, lejos de la solemnidad del homenaje-, conocemos los sitios emblemáticos de cada autor, rastreamos los vestigios de su paso y el ímpetu de la ciudad sobre su obra. 

Savater se sumerge en la idiosincrasia de cada ciudad; explora su vida cotidiana, su gastronomía y sus hitos, buscando la influencia que ejerció cada lugar en la vida de los autores. «Lugares con genio» descubre esos rincones célebres y secretos, que sirvieron de escenario o inspiración para la gran literatura mundial."

Ver ficha del autor : Fernando Savater

martes, 13 de mayo de 2014

lunes, 12 de mayo de 2014

FRASE - José Ortega y Gasset



Filósofo y Ensayista Español
1883-1955

“El ser humano para vivir, tiene que pensar, gústele o no.
Si piensa mal, esto es, sin íntima veracidad, vive mal,
en pura angustia, problema y desazón. Si piensa bien,
encaja en sí mismo, y eso, encajar en sí mismo, es la definición de la felicidad”


jueves, 8 de mayo de 2014

El Principito: obedecer al misterio

FUENTE DE CONSULTA:
Página El vuelo de la lechuza (Apuntes de Sociofilosofía y Literatura)
Es un magnífico post, con el deseo de que también lo disfruten
El texto íntegro dice:

"Cuando el misterio es demasiado impresionante,
no es posible desobedecer"
 "Mucho se ha discutido sobre el tipo de lector al que se dirige una de las obras más conocidas de la literatura universal, El Principito, publicada originariamente en 1943 y traducida a más de doscientas lenguas. Si abrimos sus páginas y echamos un vistazo a las primeras líneas, observamos cómo su autor, Antoine de Saint-Exupéry, comienza el libro de una forma un tanto peculiar: en lo que parece ser una dedicatoria, pide perdón a todos los niños por consagrar esta historia a “una persona grande”. Y concluye: "Todas las personas grandes han sido niños antes. (Pero pocos lo recuerdan.)". 
Al margen de zanjar el debate sobre cuál era público al que Saint-Exupéry deseaba interpelar, lo cierto es que El Principito ofrece una vasta pluralidad de niveles de análisis, entre los que se encuentra el filosófico. En este librito que ha cautivado por igual a niños y mayores, su protagonista nos da una lección de vida sin que en ningún momento debamos atenernos a imperativo alguno: serán la inocencia (que tantas cosas tiene que preguntar, pues “cuando el misterio es demasiado impresionante no es posible desobedecer”) y, más importante, la actitud del inmortal personaje (“solo los niños saben lo que buscan”), lo que transmite al lector un canon de conducta. Convencen las obras, no las palabras. Y es que “los ojos están ciegos. Es necesario buscar en el corazón”.
El Principito arranca con la alusión a un misterioso yo en un momento determinado de un remoto pasado; desde las primeras líneas Saint-Exupéry pone así énfasis en la temporalidad de nuestra existencia (tempus fugit). El narrador nos cuenta que cuando tenía seis años (Lorsque j’avais six ans) “vio”, una vez (j’ai vu, une fois), una lámina que llamó mucho su atención. El narrador “vio” pues algo fijo, permanente, que no se mueve (y no como pasa, por ejemplo, con el tiempo, que nunca deja de correr); aquella lámina “representaba” (représentait) una boa que engullía a una fiera. Y entonces se nos dice que este mismo narrador, tras reflexionar “mucho” sobre “las aventuras de la selva”, decidió hacerse pintor… aunque más tarde abandonará la idea porque “las personas grandes” le aconsejan dejar a un lado sus “dibujos” (les dessins) para centrarse en geometría, cálculo, historia o gramática.


De esta manera tan funestamente fantástica se relaciona el personaje por primera vez con los adultos: a través de una obligación, de un mandato que, además, arremete contra su primigenia vocación. Es así que, finalmente, el narrador se decanta por los aviones y queda convertido en piloto (oficio que ejerció el propio Saint-Exupéry), lo que por contrapartida le permite conocer, como él mismo nos cuenta, a “muchísima gente seria” (gens sérieux) y vivir con “personas grandes” (a las que ha visto “muy de cerca”, sin mejorar “excesivamente” su opinión sobre ellas).
El quinto planeta era muy extraño. Era el más pequeño de todos. Había apenas lugar para alojar un farol y un farolero. El principito no lograba explicarse para qué podían servir, en medio del cielo, en un planeta sin casa ni población, un farol y un farolero. Sin embargo, se dijo a sí mismo:
—[...] Por lo menos su trabajo tiene sentido. Cuando enciende el farol es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga el farol, hace dormir a la flor o a la estrella. Es una ocupación muy hermosa. Es verdaderamente útil porque es hermosa.
Pero de repente todo cambia cuando, tras sufrir un accidente, el forzado piloto se encuentra en el desierto rodeado por la más absoluta nada. Después de descansar un poco, despierta al oír una “extraña vocecita”. Comienza así propiamente el relato de El Principito, en el que su protagonista encuentra a diversas y multiformes personalidades que representan, cada una por su lado, una faceta única del ser humano… adulto. El propio narrador de la historia confiesa que necesitó “mucho tiempo para comprender de dónde venía. El principito, que me acosaba a preguntas, nunca parecía oír las mías”. Como un siempre inconformista Sócrates, ninguna respuesta parece saciar la curiosidad del principito: “Si uno se deja domesticar, corre el riesgo de llorar un poco…

Sin duda, una de las luchas conceptuales que tiene lugar con más fuerza en el libro es la de la belleza frente a la burda realidad. Pero nuestros protagonistas, como aseguran, “comprenden la vida” y, por eso, pueden “burlarse de los números”. Lo cierto es que los adultos no entienden nada si no se les habla mediante cifras; y es que las aman profunda y desesperadamente: “Si decís a las personas grandes ‘He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo…’, no acertarán a imaginarse la casa. Es necesario decirles: ‘He visto una casa de cien mil francos’. Entonces exclaman: ‘¡Qué hermosa es!’”. Y es que una acción es “verdaderamente útil porque es hermosa”, porque encierra un sentido que no pueden comprender los reyes, los hombres de negocios o los científicos.
Un librito de apenas cien páginas en el que, de nuevo, quedan expuestos los estrechos límites que separan literatura y filosofía. Saint-Exupéry nos adentra, a través de la añoranza de la infancia, en escabrosos asuntos como el paso del tiempo, la relación entre niños y adultos (y de su mano, la pedagogía), la unicidad y el valor de cada experiencia, el egoísmo y la egolatría, y, por último, aquello que solo puede captarse con un sentido muy especial: He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”

Saludos